Solicitar una incapacidad permanente es un proceso esencial para aquellos trabajadores que, tras una enfermedad o accidente, ven reducida de manera significativa su capacidad para trabajar. Este procedimiento requiere cumplir con ciertos requisitos y seguir un procedimiento específico. En este artículo, te explicamos detalladamente cómo solicitarla, los requisitos necesarios y el procedimiento.
¿Qué es la incapacidad permanente?
La incapacidad permanente es una situación reconocida legalmente en la que el trabajador, debido a un accidente o enfermedad, ve reducidas sus capacidades de forma definitiva, impidiéndole realizar su trabajo habitual o cualquier otra actividad laboral remunerada. Esta incapacidad puede clasificarse en diferentes grados, según el nivel de limitación: incapacidad permanente parcial, total, absoluta y gran invalidez.
Para un mayor conocimiento sobre la incapacidad permanente, te invitamos a leer nuestro artículo «Incapacidad temporal vs. incapacidad permanente: ¿Cuáles son las diferencias?»), donde abordamos en profundidad la definición de la incapacidad permanente y los distintos grados existentes.
Requisitos para solicitar la incapacidad permanente
Existen varios requisitos que un trabajador debe cumplir para poder solicitar la incapacidad permanente. Estos varían dependiendo del origen de la incapacidad (enfermedad común, accidente laboral o enfermedad profesional) y del grado de la incapacidad que se solicite. A continuación, detallamos los principales requisitos:
1. Estar afiliado a la Seguridad Social y en alta o situación asimilada al alta
Uno de los requisitos fundamentales para poder solicitar la incapacidad permanente es estar afiliado a la Seguridad Social y estar en situación de alta o asimilada al alta en el momento en que se produce la incapacidad. Esto incluye a aquellos que, aunque no estén trabajando en ese momento, se encuentran en situación asimilada al alta, como estar cobrando una prestación por desempleo.
2. Período mínimo de cotización
El período mínimo de cotización varía en función de la causa que haya originado la incapacidad:
- Enfermedad común: Para los menores de 31 años, se exige que hayan cotizado al menos un tercio del tiempo transcurrido entre la fecha en que cumplieron 16 años y el momento en que se produce la solicitud. Para los mayores de 31 años, se requiere un mínimo de cinco años cotizados, de los cuales al menos una quinta parte debe haberse producido en los últimos 10 años anteriores al hecho causante.
- Accidente de trabajo o enfermedad profesional: En estos casos, no se requiere un período de cotización previo, ya que la protección es inmediata.
3. Valoración médica del INSS
Uno de los pasos más importantes en el proceso de solicitud es someterse a la valoración médica realizada por Equipo de Valoración de Incapacidades o Tribunal Médico. Este será el encargado de determinar, a través de la emisión de un dictamen, si el trabajador presenta las limitaciones suficientes para ser declarado en situación de incapacidad permanente y, en su caso, en qué grado.
Procedimiento para solicitar la incapacidad permanente
El proceso de solicitud de incapacidad permanente sigue una serie de pasos que es importante conocer para evitar errores y asegurar una gestión eficiente:
1. Inicio del expediente
El expediente para la solicitud de incapacidad permanente puede iniciarse de las siguientes maneras:
- A petición del trabajador: El propio trabajador puede solicitar el reconocimiento de la incapacidad presentando la documentación necesaria ante el INSS.
- De oficio: En algunos casos, el INSS puede iniciar el expediente de oficio si considera que el trabajador no está en condiciones de continuar su actividad laboral.
- A solicitud de la mutua o la empresa: En ciertos casos, la empresa o la mutua colaboradora pueden iniciar el expediente si observan que el trabajador presenta secuelas graves tras un accidente o enfermedad.
2. Presentación de la solicitud de incapacidad
El trabajador debe presentar la solicitud de incapacidad permanente ante el INSS. Esta solicitud debe ir acompañada de un conjunto de documentos, como el historial clínico y los informes médicos que acrediten el estado de salud del trabajador y la enfermedad que le impide continuar con su actividad laboral. Además, es recomendable incluir informes complementarios emitidos por médicos especialistas que hayan seguido de cerca la evolución del trabajador. También deben presentarse documentos que acrediten los períodos de cotización a la Seguridad Social.
3. Evaluación médica
El INSS citará al trabajador para que sea evaluado por un equipo de valoración de incapacidades. Esta evaluación tiene como objetivo analizar en profundidad las limitaciones físicas o psíquicas que presenta el solicitante y determinar si estas impiden el desempeño de su trabajo habitual o cualquier otro.
4. Resolución del INSS
Tras la evaluación médica, el INSS emitirá una resolución en la que se determinará si el trabajador cumple con los requisitos para ser declarado en situación de incapacidad permanente, y en qué grado.
La resolución también indicará la cuantía de la pensión que le corresponde al trabajador, calculada en función de su base reguladora.
5. Recurso en caso de desacuerdo
Si la resolución del INSS no es favorable o si el trabajador no está de acuerdo con el grado de incapacidad reconocido, tiene la opción de presentar un recurso en un plazo de 30 días desde la notificación. Si tras este recurso no se consigue una resolución favorable, se puede acudir a la vía judicial.
Consejos para evitar problemas en la solicitud
- Documentación médica exhaustiva: Asegúrate de presentar informes médicos completos y actualizados, que acrediten claramente las limitaciones funcionales que tienes como trabajador.
- Asesoramiento legal: Contar con la ayuda de un abogado especializado en derecho laboral puede ser clave para garantizar que tu solicitud sea gestionada correctamente y para evitar errores que puedan retrasar o denegar el reconocimiento de la incapacidad.
- Revisión de la prestación: Las incapacidades permanentes pueden ser revisadas por el INSS si se producen mejorías en la salud del trabajador. En algunos casos, esto puede llevar a la reducción o eliminación de la pensión, por lo que es importante estar preparado para posibles revisiones periódicas.
En conclusión, solicitar una incapacidad permanente es un proceso que requiere cumplir con requisitos específicos y seguir un procedimiento claro y ordenado. Conocer las etapas del proceso, desde la presentación de la solicitud hasta la evaluación médica por parte del INSS, es fundamental para asegurar que la gestión se realice de manera eficiente. Contar con documentación médica completa puede marcar la diferencia entre una resolución favorable y una denegación. Mantenerse informado sobre la posibilidad de revisiones periódicas de la prestación es igualmente importante para garantizar la protección de los derechos del trabajador a largo plazo.