Cuando hablamos de incapacidades en España, nos encontramos con dos tipos principales: la incapacidad temporal y la incapacidad permanente. Aunque ambos conceptos están relacionados con la imposibilidad de trabajar por motivos de salud, presentan diferencias clave que afectan tanto a los derechos del trabajador como a las prestaciones que se pueden recibir. En este artículo, vamos a explicarte en detalle las principales diferencias entre estas dos situaciones y qué implica cada una de ellas para el trabajador.
1. ¿Qué es la incapacidad temporal?
La incapacidad temporal (IT) es aquella que impide al trabajador realizar su actividad laboral de manera temporal debido a una enfermedad o accidente, ya sea de origen laboral o no laboral. Este tipo de incapacidad tiene una duración limitada, y el objetivo principal es la recuperación total del trabajador para que pueda reincorporarse a su puesto de trabajo.
1.1. Duración de la incapacidad temporal
Según el artículo 169 de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS), la incapacidad temporal tiene una duración máxima de 365 días, con la posibilidad de prórroga por 180 días adicionales si se considera que el trabajador puede mejorar. Durante este periodo, el trabajador recibe una prestación económica que varía según el tipo de contingencia (común o profesional).
1.2. Causas de la incapacidad temporal
Las causas que pueden generar una incapacidad temporal son:
- Enfermedad común: cuando el trabajador sufre una enfermedad no relacionada con su actividad laboral.
- Accidente no laboral: causado fuera del entorno laboral.
- Enfermedad profesional: derivada directamente de la actividad laboral.
- Accidente de trabajo: producido durante el desempeño de las funciones laborales.
1.3. Prestación económica durante la incapacidad temporal
Durante la incapacidad temporal, el trabajador tiene derecho a recibir una prestación económica cuya cuantía dependerá de la base reguladora y de la causa de la incapacidad. Por ejemplo, En caso de enfermedad común o accidente no laboral, el trabajador recibe el 60% de la base reguladora desde el día 4 hasta el 20 inclusive de baja, y el 75% desde el día 21 en adelante. En caso de accidente laboral o enfermedad profesional, el trabajador tiene derecho al 75% de la base reguladora desde el primer día.
1.4. Finalización de la incapacidad temporal
La incapacidad temporal finaliza cuando el trabajador se recupera y puede reincorporarse a su puesto de trabajo o cuando se determina que la incapacidad se ha vuelto permanente.
2. ¿Qué es la incapacidad permanente?
La incapacidad permanente (IP), por su parte, se refiere a la pérdida definitiva de la capacidad del trabajador para llevar a cabo su actividad laboral habitual, incluso después de haber seguido un tratamiento médico. Se evalúa una vez agotado el periodo máximo de incapacidad temporal o cuando se determina que no hay posibilidad de mejoría.
2.1. Tipos de incapacidad permanente
Existen cuatro grados de incapacidad permanente, según el impacto de la lesión o enfermedad en la capacidad laboral del trabajador. De acuerdo con el artículo 194 de la LGSS, estos grados son:
- Incapacidad permanente parcial: Se da cuando el trabajador sufre una disminución del 33% en su capacidad para realizar su profesión habitual, pero puede continuar trabajando en el mismo puesto.
- Incapacidad permanente total: Este grado implica que el trabajador no puede realizar su profesión habitual, pero sí puede desempeñar otro tipo de trabajo.
- Incapacidad permanente absoluta: En este caso, el trabajador queda incapacitado para realizar cualquier tipo de actividad laboral.
- Gran invalidez: Se da cuando el trabajador, además de estar incapacitado para trabajar, necesita asistencia de una tercera persona para realizar las tareas básicas del día a día.
2.2. Prestación económica por incapacidad permanente
La prestación que recibe el trabajador varía en función del grado de incapacidad:
- Incapacidad permanente parcial: El trabajado recibe una indemnización de 24 mensualidades de la base reguladora que sirvió para el cálculo de la incapacidad temporal.
- Incapacidad permanente total: El trabajador recibe una pensión equivalente al 55% de la base reguladora. Se incrementará un 20% a partir de los 55 años cuando por se presuma que existirán dificultades para acceder a un nuevo empleo.
- Incapacidad permanente absoluta: El trabajador percibe una pensión equivalente al 100% de la base reguladora.
- Gran invalidez: Además de la pensión del 100%, se añade una cantidad extra para cubrir los gastos de la asistencia de otra persona.
2.3. Revisión de la incapacidad permanente
La situación de incapacidad permanente no es necesariamente definitiva, ya que puede ser revisada si hay una mejora o empeoramiento en la salud del trabajador. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) puede requerir revisiones periódicas para comprobar si la persona continúa cumpliendo con los criterios de incapacidad.
3. Principales diferencias entre la incapacidad temporal e incapacidad permanente
- Duración: La incapacidad temporal es de carácter transitorio, con un máximo de 545 días (365 días más 180 de prórroga). Por su parte, la incapacidad permanente implica una condición definitiva o de larga duración.
- Objetivo: La incapacidad temporal busca la recuperación y reintegración del trabajador al mercado laboral. En cambio, la incapacidad permanente se otorga cuando el trabajador no puede volver a realizar su profesión habitual o cualquier otra actividad laboral de manera indefinida.
- Prestación económica: La a prestación por incapacidad temporal es menor, iniciándose con el 60% o el 75% de la base reguladora, y la cuantía depende de la base reguladora. En cambio, en la incapacidad permanente, la cuantía de la prestación depende del grado de incapacidad, pero en los grados más severos puede llegar al 100% de la base reguladora.
- Evaluación médica: Ambas incapacidades requieren un seguimiento médico, pero la incapacidad permanente se basa en una evaluación más profunda y prolongada del estado de salud del trabajador.
- Posibilidad de reincorporación: En la incapacidad temporal, el trabajador puede reincorporarse a su puesto una vez se recupere, sin restricciones. En cambio, en la incapacidad permanente, dependiendo del grado, podrá o volver a ejercer su profesión habitual, ejercer otra distinta o no poder volver a trabajar.
En conclusión, la incapacidad temporal es una condición de duración provisional que tiene como objetivo permitir la recuperación del trabajador, mientras que la incapacidad permanente es de carácter duradero y puede dar lugar a diferentes grados de pensión dependiendo del nivel de afectación. Conocer las diferencias entre ambas es clave para que los trabajadores comprendan sus derechos y las prestaciones a las que pueden tener acceso en función de su estado de salud.