Cuando un matrimonio termina, además de lidiar con los aspectos emocionales, surge la necesidad de dividir los bienes y deudas acumuladas a lo largo de la relación. En el caso de los matrimonios con separación de bienes, el reparto del activo (bienes) y pasivo (deudas) se realiza de manera diferente a los matrimonios con régimen de sociedad de gananciales. Este artículo te guiará a través de las particularidades de este proceso, incluyendo cómo se gestionan las deudas conjuntas, y qué factores deben tenerse en cuenta.
¿Qué es el régimen de separación de bienes?
El régimen de separación de bienes es un sistema en el cual cada uno de los cónyuges conserva la propiedad exclusiva de los bienes que adquirió antes y durante el matrimonio, y, al mismo tiempo, es responsable únicamente de sus propias deudas.
Es importante destacar que, aunque cada cónyuge sea responsable de sus bienes y deudas, pueden surgir complicaciones cuando se han adquirido bienes o deudas en conjunto. Aquí es donde entra en juego el concepto de copropiedad y la forma en que se distribuyen las responsabilidades financieras.
Si deseas profundizar más sobre la definición de separación de bienes y cómo afecta en un divorcio, te recomendamos leer nuestros artículos titulados «Divorcio con separación de bienes: ¿Quién se queda con la casa?» y “¿Cómo repartir los bienes compartidos en un divorcio con separación de bienes? El papel de las capitulaciones matrimoniales en la separación de bienes”.
Reparto del activo: Bienes Individuales y compartidos
1. Bienes Individuales
En un matrimonio con separación de bienes, , en caso de divorcio, no hay necesidad de liquidar bienes comunes ni hacer divisiones forzosas. Cada persona mantiene lo que está a su nombre. Por ejemplo, si un cónyuge compra un inmueble con fondos exclusivamente suyos, ese bien le pertenece por completo, y no se repartirá con el otro cónyuge en caso de divorcio, a menos que ambos hayan contribuido a la compra y se pueda demostrar que el otro cónyuge tuvo una participación económica significativa.
2. Bienes en Copropiedad
Sin embargo, si ambos cónyuges han adquirido bienes en copropiedad, como una vivienda o un coche comprado conjuntamente, el proceso de reparto se complica. En estos casos, el bien está a nombre de ambos, por lo que la solución puede ser:
- Venta del bien y reparto del dinero en función de la participación de cada uno.
- Compra de la parte del otro cónyuge, donde uno paga al otro por su parte del bien y asume la propiedad total.
- Acuerdo sobre el uso del bien, especialmente en casos donde hay hijos menores, y el uso de la vivienda puede ser asignado al progenitor que tenga la custodia. En este punto, te aconsejamos leer nuestro post “¿Divorcio con separación de bienes: ¿Quién se queda con la casa?”, donde abordamos el tema del reparto de la casa en caso de que haya hijos menores.
Diferencias entre deudas individuales y conjuntas
1. Deudas individuales
Cuando uno de los cónyuges contrae deudas de forma individual, ya sea antes o durante el matrimonio, esas obligaciones financieras le corresponden exclusivamente. Esto incluye:
- Tarjetas de crédito
- Préstamos personales
- Deudas comerciales
- Cualquier otra obligación financiera contraída sin la participación del otro
Por ejemplo, si un cónyuge ha solicitado un préstamo para iniciar un negocio sin la firma o acuerdo del otro, la deuda será completamente suya, tanto durante el matrimonio como después del divorcio.
2. Deudas conjuntas
El verdadero reto en el reparto del pasivo en una separación de bienes surge cuando ambos cónyuges han contraído deudas conjuntamente. Algunos de los casos más comunes son:
- Hipotecas firmadas por ambos cónyuges
- Préstamos solicitados para la compra de un coche o cualquier otro bien compartido
- Cualquier otro tipo de crédito a nombre de ambos
En estos casos, ambos cónyuges son solidariamente responsables de la deuda, y el hecho de estar en régimen de separación de bienes no exime a ninguno de los dos de cumplir con sus obligaciones financieras.
¿Cómo se reparten las deudas conjuntas en un matrimonio con separación de bienes?
Existen varias opciones para repartir las deudas conjuntas en un matrimonio bajo separación de bienes:
- Venta del bien financiado: Una de las soluciones más comunes es la venta del bien que está siendo financiado con la deuda conjunta, como una vivienda. De esta manera, se liquida la deuda y el importe sobrante se reparte según lo acordado por ambas partes.
- Compra de la parte del otro: En algunos casos, uno de los cónyuges puede optar por comprar la parte del otro en el bien común, asumiendo la deuda restante. Por ejemplo, si ambos son titulares de una hipoteca, uno de ellos podría asumir el total de la deuda para quedarse con la propiedad.
- Acuerdo extrajudicial: Si los cónyuges pueden llegar a un acuerdo, pueden decidir entre ellos cómo repartir la deuda conjunta sin necesidad de intervención judicial. Este acuerdo puede incluir compensaciones económicas o la asunción de mayores responsabilidades de deuda por parte de uno de los cónyuges.
- Resolución judicial: Si no es posible llegar a un acuerdo, el juez determinará cómo debe dividirse la deuda conjunta. La decisión del juez dependerá de diversos factores, como la contribución de cada cónyuge al pago de la deuda durante el matrimonio y la capacidad económica de ambos.
¿Qué pasa si uno de los cónyuges no puede pagar su parte de la deuda?
En situaciones donde uno de los cónyuges no pueda hacer frente a su parte de la deuda conjunta, es importante recordar que las entidades financieras pueden reclamar el total de la deuda a cualquiera de los dos. Esto es lo que se denomina responsabilidad solidaria. Esto significa que, aunque ambos cónyuges sean responsables de la deuda, la entidad acreedora puede reclamar el pago íntegro a uno solo de ellos si el otro no cumple.
En estos casos, el cónyuge que haya pagado más de su parte correspondiente puede reclamar una compensación al otro mediante una acción judicial, para recuperar el dinero que haya abonado en exceso.
Protección ante las deudas: la importancia de las capitulaciones matrimoniales
Una forma eficaz de evitar conflictos en la gestión de las deudas en un matrimonio con separación de bienes es mediante la firma de capitulaciones matrimoniales. Estos acuerdos permiten regular cómo se gestionarán las deudas conjuntas y personales, así como la distribución de los bienes en caso de divorcio.
Si deseas más información sobre las capitulaciones matrimoniales y su importancia en un régimen de separación de bienes, puedes consultar el artículo publicado en nuestro blog titulado “¿Cómo repartir los bienes compartidos en un divorcio con separación de bienes?”. (Añadir link)
En conclusión, el reparto del activo y pasivo en un matrimonio bajo el régimen de separación de bienes requiere un análisis cuidadoso de las deudas contraídas durante el matrimonio. Mientras que las deudas individuales son responsabilidad exclusiva de quien las contrajo, las deudas conjuntas deben gestionarse de manera más compleja, buscando soluciones como la venta del bien, la compra de la parte del otro cónyuge o un acuerdo extrajudicial. En los casos más conflictivos, el juez será quien determine cómo repartir las deudas.